jueves, 18 de diciembre de 2014

Un encuentro concertado en el parque

Una de las mejores cosas que hicimos Annie y yo fue la siguiente. Empezábamos nuestra etapa matrimonial de cuckolding y se me ocurrió una buena idea. Annie había tenido relaciones con tres hombres, dos negros y un blanco. Su mejor esperiencia fue con uno de los negros llamado Bob. Hasta entonces siempre nos habíamos visto los tres en nuestra casa, más que nada por motivos de seguridad. Hasta ese momento Annie nunca me había permitido verlos follar. Siempre decía que más adelante. Lo hacía para mantener mi interés en ella. Pero un día tuve la siguiente idea y se la conté. Esto fue lo que pasó.

El viernes, después de llegar a casa, ella se duchó y se cambió de ropa. Estaba muy excitada. Escogió un conjunto de ropa interior lindo, una blusa transparente de color azul claro y una minifalda de tela jean. Se puso un par de zapatos con tacones altos de color rojo. El día anterior había ido a la peluquería. Estaba guapísima. Puso algo de ropa en un bolso de mano y su cepillo de dientes.

 La llevé en nuestro coche a la dirección que Bob nos había dado. Le pregunté si quería que subiera para ver si estaba todo bien, y me dijo que no era necesario. La miré mientras bajaba del coche, llamaba al timbre y entraba al abrirse la puerta del edificio. Al entrar, su dio media vuelta en el marco de la puerta, se giró y me mandó un beso con la mano y me dijo adios agitando la mano. Y entró.

Volví a casa y pasé toda la noche inquieto. Tuve que tomar una pastilla para dormir. Y todo era culpa mia, porque yo tuve la idea.

Al día siguiente tomé el metro y a las cinco de la tarde (en realidad un poco antes) estaba en un parque que está al lado de la casa de Bob, sentado en el banco indicado. Era verano y hacía calor. Tuve que esperar media hora y cada vez estaba más nervioso. ¿Le habrá pasado algo a Anne?

Por fin, a la media hora, llegaron. Ella llevaba puesto un vestido floreado muy corto. Hicieron como que no me vieron y se sentaron en el banco de enfrente, tal como habíamos acordado. Ella se puso cariñosa con él. Le besó en la boca, primero suavemente, después con más ardor. Ella empezó a tocarle la entrepierna por encima del pantalón. Pronto se notó el bulto de su enorme polla crecer. Mi bulto tanbién creció, pero no tanto como el bulto de él.

El calor empezaba a remitir. Pronto se llenó el parque de niños, mamás y parejas. Ellos se fueron. Noté una mirada intensa de ella sobre mi. Se fueron por donde habían venido. A los pocos minutos me fui yo también.

En el metro recibí un mensaje de ella en mi móvil:

"¿Te ha gustado ver cumplida tu fantasía?"

"Me ha encantado. ¿Podemos repetir mañana."

"Lo consulto y en pocos minutos te contesto."

En dos minutos llegó su respuesta.

"Mañana en el mismo sitio y a la misma hora."

"OK," contesté.

FIN

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